lunes, 5 de diciembre de 2011

Disappear.

Tras caer, el suelo helado hizo que su piel ardiera. Lo sintió caliente bajo su tez, pues nada había más congelado que su propio cuerpo. Se quedó allí tendida, en mitad de la nada, expirando su último aliento. 

Ya no había nada por lo que luchar. 

sábado, 1 de octubre de 2011

Howl.

El frío le quemaba la piel y las pestañas escarchadas emborronaban un camino que no sabía si aún seguía recorriendo. Hacía horas que deambulaba en busca de un refugio, pero la vida en aquel lugar parecía extinguida, kilómetros de horizonte a su alrededor. Unas huellas casi imperceptibles la guiaban. Sabía que podían ser una mera ilusión, mas la esperanza de encontrarle era más fuerte que la ventisca que la empujaba a retroceder. Miles de pasos andados para acabar abandonándose en aquel lugar desolador. Las piernas temblorosas le imploraban rendición mientras sus manos se aferraban a aquel hielo buscando el impulso para acortar un metro más el reencuentro con la vida.

Un aullido profundo salió de sus pulmones y atravesó su garganta. Sus ojos se abrieron de golpe y sintió una sacudida a través de su columna, su cráneo, sus puños… Hasta que no se envolviera dentro de sus brazos no podría descansar. 


viernes, 2 de septiembre de 2011

Pasión.

La pasión hace que uno deje de comer, de dormir, de trabajar, de estar en paz. Mucha gente se asusta porque, cuando aparece, derrumba todas las cosas viejas que encuentra. 

Nadie quiere desorganizar su mundo. Por eso, mucha gente consigue controlar esta amenaza, y es capaz de mantener en pie una casa o una estructura que ya está podrida. Son los ingenieros de las cosas superadas. 

Otra gente piensa exactamente lo contrario: se entrega sin pensar, esperando encontrar en la pasión las soluciones para todos sus problemas. Descargar sobre la otra persona toda la responsabilidad por su felicidad, y toda la culpa por su posible infelicidad. Está siempre eufórica porque algo maravilloso sucedió, o deprimida porque algo inesperado acabó destruyéndolo todo. 

Apartarse de la pasión, o entregarse ciegamente a ella, ¿cuál de las dos actitudes es la menos destructiva?


[Paulo Coelho - Once minutos]

martes, 30 de agosto de 2011

Atrapada.

Era todavía demasiado pronto, pero su memoria se empeñaba en mostrarle aquella imagen que tanto le había costado captar, y que ahora la iba a perseguir todas las noches. En sueños, pesadillas y cada vez que cerrara los ojos, él iba a estar allí, sonriéndole. ¿Cómo no perder la razón y dejarse llevar? ¿Cómo abandonar el único deseo que había conseguido mantenerla en tierra y animarla a continuar recorriendo el camino? Estaba atrapada. Tampoco quería huir. 

lunes, 29 de agosto de 2011

"Chuang Tzu soñó que era una mariposa
Al despertar ignoraba
Si era Tzu el que había soñado que era una mariposa
O si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu."

miércoles, 24 de agosto de 2011

Sueños.

El calor la arrancó una vez más de aquel sueño tan recurrente durante las últimas noches. Se destapó con fuerza, casi enfadada, y se levantó de la cama para lavarse la cara. El agua podía llevarse las lágrimas, pero no la realidad de que aquello jamás había ocurrido. Estaba confundida, tener sueños tan vívidos la hacía sentirse extranjera en aquel cuerpo que parecía que no fuera el suyo. Se tumbó en el frío suelo con la mirada fija en el techo. La mente en blanco y sólo el sonido de su respiración. Al recuperar la consciencia no sabía exactamente cuánto tiempo había pasado, pero había vuelto a soñar, o quizás su imaginación había encontrado una rendija por la que abrirse paso. Se vistió y bajó a la playa para ver amanecer. La caricia de los primeros rayos de luz en su piel le recordó que seguía viva. Aún había esperanza.


“Tal vez por eso huimos hacia los libros; buscamos encontrar en ellos lo que nos negamos a sentir nosotros mismos.”

lunes, 15 de agosto de 2011

Out of control.

Cerró los pesados párpados y las imágenes del día transcurrido se sucedieron una tras otra. Era un ejercicio que le gustaba practicar, la ayudaba a retener un rato más en la memoria las palabras, los gestos, los pasos andados. Sabía que, invariablemente, cuando abriera los ojos a la mañana siguiente todo sería difuso y dejado de forma permanente en el pasado sin posibilidad de poder recuperarlo. Se había malacostumbrado a torturarse por todos los deseos no pronunciados, y la sensación de estar equivocándose la acompañaba como si formara parte de su propio cuerpo. Maldecía su impaciencia, esa energía que la quemaba por dentro y era la causa de la mayoría de sus errores. La sentía en cada poro de su piel, en cada segundo del reloj, en las paredes de aquella habitación que parecía que iban a arrancarle la juventud y los pocos años de vida de los que disponía. Quería deshacerse de ella a toda costa, vivir no consiste en pensar continuamente en cuál va a ser el siguiente paso y esperar nervioso a que suceda, es algo más, la belleza del caos, de las acciones no predichas, de una mirada fugitiva y un beso robado. Y ahora… todo estaba fuera de control. Su corazón palpitaba de nuevo, expectante al haber descubierto unos ojos que derramaban vida. Toda su atención se centraba en apartar el miedo que la paralizaba. Podemos borrar los recuerdos, pero no la sensación de volver a experimentar algo que durante años ha fracasado. Y el miedo al fracaso era el peor de sus enemigos.

Las heridas no se cierran solas, quedan selladas durante años a la espera de que aparezca alguien que con su paciencia y dedicación termine de sanarlas. Deseaba con toda su alma que fuera él quien lo hiciera. Cicatrizar tantos años de soledad, volver a sentir.

jueves, 11 de agosto de 2011

Off.

"Cogió el mando a distancia de la tele y cambió varias veces de canal, hasta detenerse en un informativo, en el que unos refugiados intentaban escapar de una guerra. 

-¿Lo ves? ¿Conoces esos programas en los que la gente va a discutir sus problemas delante de todo el mundo? ¿Has visto los titulares en el quiosco? El mundo se alegra con el sufrimiento y con el dolor. Sadismo al ver, masoquismo al concluir que no tenemos que saber todo eso para ser felices y, aun así, asistimos a la tragedia ajena, y a veces sufrimos con ella." 

martes, 19 de julio de 2011

Pesadillas.

Como una ola colosal que te hunde hacia el fondo del mar, cayó en su espalda el peso de la inutilidad, el sentimiento de culpa que demasiadas veces intentaba evitar. Lágrimas translúcidas emanaban de sus ojos y rodaban por sus mejillas para liberar un poco de esa carga. Los días pasaban iguales, inmutables, y nada se aclaraba por más que llenara noche tras noche su cabeza de pensamientos sobre cómo solucionar su vida. Pesadillas, despertares, y el cansancio permanente del que no deja de buscar algo y no consigue encontrarlo.

A veces desearía abandonarlo todo, ser sólo el simple reflejo de mi alma, dejarme fluir a través del tiempo.

martes, 21 de junio de 2011

Cambios.

Toda mi vida se está vaciando. Llegan muchos cambios, lo siento en cada centímetro de mi cuerpo, y debería estar dispuesta a enfrentarlos, pero faltan las ganas y, aún más, las fuerzas. Este ambiente me ahoga, gente que siempre es capaz de hacer lo que se propone, que parece que nunca falle y que, en vez de animarme a ser un poco mejor, tratan de hacerlo aplastando lo que me propongo, por más claro que tengamos que no lo voy a cumplir. A veces es necesario vivir de los sueños, dar ánimos a las personas aunque sepamos que van a equivocarse una vez tras otra, quizás en alguno de sus fracasos encuentren en si mismos aquello que tanto tiempo han andado buscando.

Una  noche más al otro lado de la ventana, tras esta pantalla, deseando que todo termine pronto.

miércoles, 15 de junio de 2011

Diferente.

"Cuando vemos siempre a las mismas personas terminamos haciendo que pasen a formar parte de nuestras vidas. Y como ellas forman parte de nuestras vidas, pasan también a querer modificar nuestras vidas. Y si no somos como ellas esperan que seamos, se molestan. Porque todas las personas saben exactamente cómo debemos vivir nuestra vida. Y nunca tienen idea de cómo deben vivir sus propias vidas".

lunes, 13 de junio de 2011

Gracias.

A través de las rendijas de la persiana una tenue luz anuncia que un nuevo día comienza. Amanece y sigo despierta, pero esta vez es distinto, algo está cambiando dentro de mí. Me abrigo un poco y decido salir a contemplar los primeros rayos de sol de la mañana. Cojo el mismo ascensor que tantos minutos de alegría y tantas horas de echarte de menos me dio. Subo a la planta más alta, camino por los estrechos pasillos, imaginando cuanta gente debe estar durmiendo plácidamente tras todas esas cortinas, y finalmente me enfrento al horizonte. Un azul precioso tiñe el cielo sobre nuestras cabezas y me viene a la cabeza la tan famosa frase de “no somos nada”. Los pájaros cantan sus melodías mientras yo espero con demasiada impaciencia que el sol aparezca, pero al parecer hoy no es mi día, sobran nubes en el cielo. Tras más de media hora observando cómo cada vez todo se torna más anaranjado pero la luz no aparece, decido desistir, supongo que habrá muchas más oportunidades para poder disfrutarlo. Cabizbaja, me dirijo de nuevo al ascensor, respirando un aire fresco que me quita un poquito esta pena que últimamente me sigue demasiado de cerca. Pero le doy al cielo una última oportunidad, y mis ojos se encuentran, en un punto del horizonte distinto al que había estado mirando durante tanto tiempo, con el gigante rojo. Y sonrío, sonrío por no haber desistido antes de tiempo, por ser capaz de inundarme de felicidad con cosas tan pequeñas, e inmensas a la vez. Por aprender siempre, que a veces es necesario observarlo todo desde otro ángulo, para ser capaz de divisar nuevamente lo que el futuro nos puede ofrecer.

Me he aferrado durante muchos días a lo que esperaba que tendría que ser. He derramado miles de lágrimas en vano, pues mi dolor no tiene porque ser tangible para ti, y tampoco pido que sientas lo mismo. He intentado que las cosas salieran como deberían salir, pero me he encerrado sólo en mi punto de vista, y he fracasado, como tantas otras veces. Y es que el fracaso es el primer indicio de haberlo intentado, y es por eso que no me arrepiento. Guardaré para siempre aquellos 17 minutos de vídeo que me recordarán que, durante un tiempo efímero, fuimos compañeros inseparables de alegrías y penas, conversaciones hasta altas horas de la madrugada, y peleas que me arrancaron mil y una carcajadas, que me harán vivir unos cuantos años más seguramente. Antes de envenenarlo, me quedo con aquello, con el ángel que fuiste para mí aquellos meses. Y si la vida algún día decide que merece la pena que sigamos disfrutando el uno del otro, me alegraré de poder continuar escribiendo las páginas en blanco de este libro que hoy, doy por cerrado. Gracias por haberme regalado tantos minutos de tu vida. Gracias.

domingo, 12 de junio de 2011

Suma y sigue.

Una tras otra, error tras error. ¿Tan difícil resulta hacer las cosas bien? Ser consecuente con lo que dices, no dejar caer las palabras por su propio peso, vaciándolas de sentido, otra, otra, y una vez más. Me pregunto cuándo llegará el día en que abramos los ojos y veamos que hay un mundo más allá de nuestro propio ombligo. Cuándo seremos conscientes de que existe gente en el mundo que aún siente, a la que todavía se le puede romper el corazón porque sigue siendo inocente, a pesar de las heridas. Y aun sabiendo que al final del camino cada uno recogerá lo que haya sembrado, hoy te odio por hacer que me replantee nuevamente si merece la pena intentarlo.

“Fracasa más, fracasa mejor.”

miércoles, 8 de junio de 2011

No+llorar.

Los ojos enrojecidos por las lágrimas. Las manos temblorosas. El cabello esparcido de cualquier manera. Y la mirada muy lejos, fuera de esta sala, de este planeta. Observarla en la distancia y sentir que la comprendes demasiado bien, porque un día el naufragio también llegó a tu vida, aunque has sabido salir a flote las veces suficientes como para seguir respirando. Y querer parar el tiempo y ahuyentar ese dolor que la aflige, que la rompe por dentro. Arrancarles el corazón a aquellos que no sienten, para que tengan un verdadero motivo para no hacerlo. Coser los pedazos del tuyo, porque no te mereces lo que está ocurriendo, y tu dolor arranca también mis lágrimas. Quizás no tenga fuerzas para mí, pero sí que las tengo para las dos, para huir de esta ciudad helada, con sus habitantes insensibles y sus palabras desgarrantes.

Porque como tú dijiste una vez: “no more ice-hearted people”. Y que la vida nos llene de nuevo de alegría. Volver a lo que éramos. Volver a enloquecer.

martes, 7 de junio de 2011

En blanco.

Vivir una vida que parece no ser la mía. Sentarse delante de la hoja de papel y preguntarse qué estás haciendo. Coger el bolígrafo y no saber por dónde empezar, como ordenar lo poco que has aprendido, intentar recuperar los conocimientos cuando tu mente se ha quedado en blanco y parece que no haya… nada. Parece ser la tónica últimamente, escribir por escribir, por decir algo, por llegar a conseguir algo, aunque la mayoría de veces sin resultado. Esperar que esta vez sea distinto, que la fuerza salga de dentro, porque todo está en mi cabeza aunque no sepa cómo sacarlo. Un nudo en la garganta cada madrugada, he visto al Sol aparecer demasiadas veces esta semana, y ya no sé cómo pararlo.

sábado, 4 de junio de 2011

Caer.

"En muy poco tiempo, mi vida sufrió un cambio radical. Debía agarrarme a algo, fuera como fuese, para no precipitarme al vacío. Tenía mucho miedo, estaba aterrado. Y en un momento así, no puedes ir dando explicaciones a los demás. Sientes que te vas a resbalar de un momento a otro y a caer fuera del mundo. Por eso sólo quería que me comprendieras. Que me abrazaras con fuerza. Sin razones o explicaciones de por medio."




"Cuando crezcas, descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero, no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan..."

viernes, 3 de junio de 2011

Cuenta atrás.

Como si mil años hubieran transcurrido, los recuerdos se congelan y empiezan a arrinconarse en esa zona oscura y helada de la memoria que me indica que la cuenta atrás ha comenzado. ¿Cuánto tiempo me queda antes de que se borre tu sonrisa? Los días se suceden unos a otros sin que nada cambie, siempre clavada en esta silla, delante de una pantalla que llega un momento que ni informa ni entretiene, solamente ilumina un poquito más esta habitación que cada minuto parece más estrecha y aplastante. No soy tan de hielo como creía y, en parte, eso me consuela. Al menos aún me late el corazón.



"I'll tell you a secret, something they don't teach you in your temple. The gods envy us. They envy us because we're mortal, because any moment might be our last. Everything is more beautiful because we're doomed. You will never be lovelier than you are now, and we will never be here again."

domingo, 29 de mayo de 2011

Spotless.

Clementine: Joely? What if you stayed this time? 

Joel: I walked out the door. There's no memory left. 
Clementine: Come back and make up a good-bye at least. Let's pretend we had one. 

sábado, 28 de mayo de 2011

Se fue.

¿Y si te dijera que ya no recuerdo la última vez que hablé contigo? Tu voz se ha convertido en un sonido desconocido. En realidad, todo tú resultas irreconocible. O quizás yo creí ver en ti una persona que jamás ha existido. Te reías de mí y me tildaste de exagerada cuando te dije que sabía que ibas a desaparecer. Inventaste mil formas de convencerme de que las cosas no iban a cambiar, que eras una persona que sabía organizar su vida y que tenía muy clara la importancia de las amistades y no las querías perder. Te inventaste mil mentiras y finalmente olvidaste tus principios. Si pudieras, por un minuto, pararte a pensar en todo lo que estás perdiendo segundo a segundo, te replantearías muchas cosas, y estoy segura de que ese momento llegará, pero seguramente será tarde. Si quieres quedarte, no mientas, sabes perfectamente que jamás he soportado la falta de transparencia.  Si vas a abandonar, abandona, pero di adiós antes.




"Pregúntale qué añora
y en qué piensa cuando llora.
Pregúntale si el tiempo
cambia o sigue lloviendo."

jueves, 26 de mayo de 2011

Sinsentido.

Como un árbol que presiente como se aproxima el invierno pero duda de si deshacerse de sus hojas para poder sobrevivir. Como una flor que se esfuerza por crecer en el desierto aun sabiendo que la ausencia de agua la puede marchitar. Como si la alegría tratara de abrirse paso a toda costa pero tomando miles de caminos y todos sin un final definido, tropezándose continuamente por no saber, o no querer, andar mirando al suelo.



“Como un vaso después de beber el trago más dulce.”

domingo, 22 de mayo de 2011

Transición.

La inspiración se esfumó deprisa, junto con todos aquellos sentimientos que murieron nada más nacer. Trató de convencerla de que se quedara, pero era una amante difícil y huyó del vacío que volvía a crecer en su interior. Las transiciones siempre le habían resultado demasiado duras, épocas en que los labios sonreían y el alma los observaba curiosa, preguntándose el origen aparentemente inexistente de ese impulso. Ni amor, ni odio, ni tan siquiera tristeza. Soñaba con ellos y, al despertar, el corazón congelado y un cuerpo en movimiento que le confirmaba que seguía viva.




Que caiga el telón, que se borre el maquillaje, y se dejen ver desnudos los protagonistas de esta función. 

lunes, 16 de mayo de 2011

Resurgir.

Ya anciano, cansado, se despertó otra mañana y se limitó a mirar por la ventana, como había hecho durante muchos años, cada amanecer. Gentes que se desplazan de un lado a otro, que gritan, que compran, que venden. Caras tristes, desquiciadas, sin brillo y, de vez en cuando, quizás no con suficiente frecuencia, una sonrisa. Niños que lloran, que piden, que abrazan y que juegan. Todo junto en la misma avenida y el mismo parque, prácticamente invariables a pesar de que el tiempo no se para y las cosas deberían cambiar más de lo que lo hacen. Cambiar… A lo largo de su vida había tomado muchas decisiones y, todas y cada una de ellas, le habían llevado a lo que hoy era: un hombre cansado, pero feliz. Nadie podía arrebatarle las experiencias que cargaba sobre sus espaldas y la claridad con la que veía cada aspecto de su vida. Saber lo que quería le había costado muchas lágrimas, tanto antes como después de ser consciente de ello.

Apartó un poco más las cortinas para ampliar su panorámica. Confusión, indecisión, eso era lo que marcaba la vida de esas personas. Contradecirse constantemente por tener miedo a perder, a equivocarse. Qué sencilla sería la vida si todo el mundo fuera consecuente con cada decisión, si la culpabilidad solamente apareciera cuando ocurriera realmente algo inesperado, y no con cada estupidez que cualquier ser humano puede cometer. Errores… Aferrarse al dolor había sido uno de ellos durante una larga época, cuando la soledad asustaba y la precipitación se sucedía una vez tras otra: palabras no pensadas, sentimientos malinterpretados, orgullo inútil que sólo hizo que complicarlo todo, entrelazando fuego y agua hasta conseguir apagar la llama de su corazón. Pero como el ave Fénix, uno siempre es capaz de resurgir de sus cenizas y la tranquilidad de saberse a día de hoy conocedor de todos sus límites lo hacía un viejo sabio y satisfecho de su existencia. Tan sólo era cuestión de confiar en que, algún día, las generaciones se preocuparían un poco más de escucharse las unas a la otras y aprenderían que, a pesar de todas las inclemencias que puedan sucederse a lo largo de las estaciones, siempre existe un techo, nuestro propio techo, bajo el cual uno puede reconstruir su vida y empezar a ser feliz.



“Aquel que ya perdió algo que daba por hecho (algo que ya me ocurrió tantas veces) al final aprende que nada le pertenece. Y si nada me pertenece, tampoco tengo que perder mi tiempo cuidando cosas que no son mías; mejor vivir como si hoy fuese el primer (o el último) día de mi vida.”

sábado, 14 de mayo de 2011

La última lágrima.

Un espagueti crudo pegado con celofán en el armario. Una promesa vacía, silenciosa, que se rompe incluso antes de ser pronunciada. Palabras que hieren, que rompen el alma, que preferiría no haber escuchado nunca. Y es que “te vas y no te vas y, cuando vienes, rezo para que los trenes se equivoquen de estación”. 

viernes, 13 de mayo de 2011

Luce la oscuridad.

Brilla la luna, parpadean las estrellas, duermen las ideas, pero no los sueños. Siempre supo que la noche estaba hecha para ella. La soledad en la oscuridad, los pensamientos lúcidos y la imaginación saltando fuera de lo establecido. La noche, su fiel compañera durante los últimos años, dueña de las lágrimas de frustración por llegar siempre tarde y de los reencuentros con su alma. ¿Y qué haría yo sin ella? Sin su tranquilidad inquietante, su silencio ensordecedor, su pasión fría y su compás arrítmico. Me busco y me pierdo entre sus horas, durante las cuales he sido niña, esposa, amante y mujer desconsolada.

Tiempo al tiempo dije siempre, pero la espera se prolonga demasiado y la impaciencia hace mella en los que nacimos con el alma inquieta, curiosos por nuestro alrededor, ansiosos por aprovechar cada segundo de nuestro tiempo y descubrir personas, lugares, sensaciones que apacigüen los latidos sofocados de nuestro corazón. Y es que esta vez no pienso esperar al tiempo porque él nunca se paró a esperarme.


“Tú que tanto has besado
tú que me has enseñado,
sabes mejor que yo que hasta los huesos
sólo calan los besos
que no has dado,
los labios del pecado.”

miércoles, 11 de mayo de 2011

Volver.

Sentir la energía, las ganas de moverse, de vivir, de conocer, de hacer y deshacer, de gritar, bailar y cantar, tras mucho tiempo dormida. Entender que, durante la vida, las personas han de pasar muchas y distintas etapas, pero todas llegan a su fin y acaba prevaleciendo la verdadera y única esencia, el yo invariable, aquello que te caracteriza.

Me he sentido extraña estos últimos meses. Tenía la necesidad de reencontrar el camino, frenar un poco esta corriente incesante de caídas y recuperaciones, de olvido entre humo y alcohol, de dejar para mañana todo aquello que hoy me hacía daño. Y sé que este silencio de algún modo te ha hecho sentir sola, que me has creído perdida y quisiera pedirte disculpas por ello. Me alegra que hayas sabido esperarme y que continúes dispuesta a compartir muchas risas más conmigo.

Quiero verte feliz, llena de alegría, ayudarte a curar cada herida para la que no haya tenido palabras de consuelo cuando las necesitabas. Sentirme una parte importante de tu vida porque tú eres demasiado imprescindible en la mía. Soñar y planear, es más, hacer mil cosas nuevas. Recuperar el tiempo perdido.

Te quiero marida, jamás lo olvides :)

jueves, 5 de mayo de 2011

Olvido.

Nací con la suerte o, como al final siempre concluyo, desgracia, de difuminar el pretérito y convertirlo en meras cenizas que me impiden reconocer qué hubo antes del fuego. Todo se quema dentro de mi cabeza y, sin quererlo, siempre acabo temiendo que todo sea demasiado efímero, que los recuerdos se borren antes de haber podido grabarlos, y las palabras desaparezcan tan rápido como fueron pronunciadas. 


"Es el dolor de ser consciente de que el amor no es suficiente y nada dura eternamente".

martes, 3 de mayo de 2011

Recuerdos.

Tic tac tic tac. Los segundos no paran de avanzar mientras mi cabeza se queda atrás, demasiado atrás, cuando todo parecía imperturbable y la vida abría puertas que hoy se cierran. No es tan fácil, siempre te lo he dicho. Me hubiese gustado que todo fuera distinto, que esa complicidad que nos unió al principio hubiera conseguido paralizar mi vida, para más tarde darle el sentido que pocas veces ha tenido. Pero la realidad raramente tiene algo que ver con los sueños, y a idealizadora pocas personas me ganan.

Y te veo feliz y en lo más profundo de mi corazón me alegro, aunque los miedos me impidan afrontar con optimismo la situación. Trato día tras día de hacerle caso a esa parte racional que hace años dejé olvidada para sentirme más viva, y que hoy nuevamente me hace falta para no caer en la falsa conclusión de que voy a quedarme para siempre sola.

Recuerdo ya casi con nostalgia las horas entre abrazos, caricias, piques y risas. Las carcajadas que salían del fondo del alma, las noches de conversaciones interminables. Las mañanas cuando, cogiendo el ascensor, me daba la sensación de bajar del cielo al infierno. Y volver al lunes, a la rutina.

Todo es tiempo. Perdóname por empezar a echarte de menos cuando aún no te has ido. 

viernes, 29 de abril de 2011

21.

Noches interminables de deseos que quedarán para siempre en el aire. Del quiero y no puedo. De lluvia incesante. Felicidad y tristeza entremezcladas de una forma extraña y quizás demasiado armoniosa. Sabor agridulce en las despedidas. Los pensamientos se esparcen sin control y la mitad de mi tiempo se ocupa en tratar de ponerlos nuevamente en orden, reconstruir escenas ya intangibles, momentos que se borran poco a poco de la memoria. Saber que se es poseedor de la felicidad absoluta y sentirse impotente por no poder disfrutar de ella.

Mañana será otro día. Empieza un nuevo año que, espero, me devuelva tantas sonrisas como las que he conseguido grabar en mi corazón hasta ahora.

viernes, 22 de abril de 2011

Palabras.

Despertar. Respirar. Silencio. Empieza el día. Palabras. Recuerdos. Rabia. Decepción. Lágrimas. Mente en blanco. Esperanza. Realidad. Desilusión. No hay mayor tristeza que la causada por la soledad del que nunca está solo.


"Y si la vida es un instante hoy quiero olvidar que existo. Quiero escapar a mi desierto sin ser visto. Salir de este círculo, volar a otro lugar, quedarme quieto, allí la soledad es mi amuleto."

miércoles, 13 de abril de 2011

Derrota.

Mirada perdida. Personas a mi alrededor. ¿Qué hago aquí? ¿En qué momento mi vida se convirtió en una frustración diaria y constante? Atrapada en este cuerpo. Es de cobardes huir así, pensar en dejarlo todo, abandonarse al abandono. Días rápidos y noches demasiado largas. Ver morir lentamente a la ilusión. Pensar que la libertad sentida días atrás tan sólo era un espejismo, algo intangible, efímero. Estupidez al proponerse hacerlo bien esta vez, sin intentarlo con las fuerzas suficientes. Derrota.  Lágrimas. Y volver a empezar.



“Soy dos mujeres: una desea tener toda la alegría, la pasión, las aventuras que la vida me puede dar. La otra quiere ser esclava de una rutina, de la vida familiar, de las cosas que pueden ser planeadas y cumplidas. Soy el ama de casa y la prostituta, ambas viviendo en el mismo cuerpo, y una luchando contra la otra.”



Tormenta.

Una vez más, sentada en el que empieza a ser ya mi sillón, sumergida en un libro abierto, aprendiendo sobre la vida, sonriendo al sentirme identificada con demasiadas cosas. A mi alrededor, el silencio, un silencio creado especialmente para mi, para hacer más plácida mi lectura. La tranquilidad de un domingo por la noche, tranquilidad forzada quizás, pero necesito parar el tiempo, frenar este ritmo vertiginoso, dedicar unos minutos a sentir la calma. Miro a través de la ventana, el cielo anaranjado trayendo nubes de tormenta y un rayo de repente ilumina la oscuridad. El cielo ruge. ¿Puede existir algo más perfecto que una tormenta de verano? El pelo se eriza ante la grandeza del mundo y unas palabras que me ayudan a salir del trance: “me encantan estos momentos de calma”. Inevitable no sonreír.

Salgo a la calle, grandes gotas empiezan a descender el cielo y recorren mi piel, frías, delicadas. Cuánto tiempo sin sentirme liberada, sin notar como el alma se separa del cuerpo y toda la energía puede disiparse para volver después y empujarme de nuevo a la vida. Y allí está otra vez su mirada cariñosa, que siempre consigue ver la niña que hay en mí, y no necesito mucho más que eso para ser feliz. Que nunca pierda la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas, de reencontrar las fuerzas cuando todo parece perdido.


"Está lloviendo, y a esta hora de la noche nadie anda por allí, pero anduvieron muchos durante muchos años, décadas, siglos, tal vez el Camino necesite respirar, descansar un poco de los muchos pasos que todos los días se arrastran por él.

Apagar la luz. Cerrar las cortinas."

martes, 12 de abril de 2011

Deseo.

El deseo profundo, el deseo más real es aquel de acercarse a alguien. A partir de ahí, comienzan las reacciones, el hombre y la mujer entran en juego, pero lo que sucede antes, la atracción que los unió, es imposible de explicar. Es el deseo intacto, en estado puro.

Cuando el deseo todavía está en ese estado puro, hombre y mujer se apasionan por la vida, viven cada momento con veneración y, conscientemente, esperan siempre el momento adecuado para celebrar la siguiente bendición.

Así, las personas no tienen prisa, no precipitan los acontecimientos con acciones inconscientes. Saben que lo inevitable se manifestará, que lo verdadero siempre encuentra una manera de mostrarse. Cuando llega el momento, no dudan, no pierden una oportunidad, no dejan pasar ningún momento mágico porque respetan la importancia de cada segundo. 


[[Paulo Coelho - Once minutos]]

domingo, 3 de abril de 2011

Detalles.

Desear guardar todos los momentos en una cajita donde permanezcan intactos, inmutables ante el paso del tiempo, tan perfectos como han sucedido, para que la memoria no los deteriore, no los modifique en su afán por idealizar. Sucede que, en ocasiones, la razón escapa y el cuerpo se deja llevar. Es entonces cuando se disfruta de verdad de la existencia, los minutos pasan lentos y la vida se hace plácida e infinita.

Que esa sonrisa siga iluminándote cada mañana.




Las fresas saben mejor cuando las saboreas mirando al horizonte y soñando con lo que queda por venir.

lunes, 28 de marzo de 2011

Cenizas.

Es en ese preciso y único instante cuando te das cuenta de que en realidad la amistad está muerta y ya sólo quedan cenizas de lo que un día fue y no podrá volver a ser, porque se ha dejado de lado el apoyo mutuo para dar paso al interés. No es necesario más que un minuto, una frase, una palabra, para acabar con toda la inocencia del que cree que un amigo sólo pasa una mala racha, que en realidad no es así  y simplemente encadena un mal día tras otro.

Estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado. No nací para ser una máquina, no sé separar mis odios de mis pasiones, no sé encontrar la motivación dónde no existe, ni soy lo suficientemente competitiva como para afrontar esto sólo por orgullo. Jamás dejará de asombrarme vuestra capacidad de autosuperación, vuestra frialdad cuando llegan épocas difíciles, vuestros excelentes resultados en pruebas que yo misma considero imposibles de superar.

Me queda todavía un poco más de camino por recorrer, encontrar un objetivo en la vida por el cual quiera luchar realmente, un poco de luz tras estos años de infinitos despropósitos, de sueños frustrados y lágrimas derramadas en vano. Este no es mi sitio, pero de los errores se aprende y nunca es tarde para empezar a buscar de nuevo.



martes, 22 de marzo de 2011

Transparencia.

La intensidad de la lluvia la despertó aquella mañana. La realidad se abría paso como con prisas, tropezando con las imágenes de una noche de sueños intensos. “Sólo cinco minutos más, cinco minutos más y vuelvo a enfrentarme a la vida.” Se desperezó un poco y se quedó mirando al techo con la mente medio vacía, ordenando los primeros pensamientos de la mañana. Muchas cosas por solucionar, demasiadas conversaciones pendientes. Horas y horas de diálogos callados por miedo a equivocarse, a dar un paso en falso y cargar con el error toda una vida.

Y pensó en lo sencilla que sería la vida si todo el mundo fuera transparente, sincero con uno mismo y también con los demás. Si se dejaran atrás las sonrisas fingidas, la fortaleza obligada, la tranquilidad aparente. Y llorar cuando viniera la tristeza, abrazar cuando se necesitara cariño, gritar cuando la presión aplastara, rendirse a la locura. Porque al fin y al cabo, ¿y si ese exceso de razón fuese lo que deja desnutrida la vida?

domingo, 20 de marzo de 2011

Vacío.

Sentirse incapaz de enamorarse, de volver a creer que el corazón va a escaparse en cualquier momento porque ya no te pertenece, porque sólo quiere estar junto a él. Mirarse en el espejo y verse vacía, impasible ante el paso del tiempo, ignorante de todos aquellos sentimientos que ya quedaron demasiado atrás. Y aunque suene estúpido, hay momentos en los que desearía volver a sentir esa punzada en el corazón, esa locura, y también ese dolor. Saborear ese ajetreo continuo interno, darle un poco de emoción a esta insípida época. 


“Sé que guarda cada carta
Y que las lee todas las noches
Y que a la hora de dormirse
Un sudor frío le baña
La herida que le quedó
Es la cruz que hoy le daña
Por más que lo intenta y cambia
Es algo que le acompaña.”

(Snk - Sabor Amargo)
Y ya hace 5 años que me la escribiste...

martes, 8 de marzo de 2011

Bajo el agua.

Se sumergió en el agua. Los pensamientos retumbaban en su cabeza desde hacía demasiadas horas y no sabía cómo pararlos. Muchas posibilidades por contemplar, decisiones acertadas o erróneas, miles de caminos distintos. ¿Cómo elegir el correcto cuándo parece que el universo entero conspire para que todo salga mal? ¿Cómo afrontar la situación y arreglarlo todo sin hacer daño a nadie? Cogió aire y se zambulló bajo la templada agua. Y comenzó a nadar. Siempre le resultó gracioso sentirse tan cómoda en un medio que evolutivamente no era el suyo, para el que su cuerpo no estaba preparado. Pasaban los minutos y su corazón empezó a notar la falta de aire, los pulmones empezaron a quemarle, pero lo pensamientos desaparecían. Encontrar el equilibrio entre calma y dolor, esa era la cuestión. Y cuando parecía que no lo iba a conseguir, notó la fría piedra del otro extremo de la piscina en sus dedos, y salió a la superficie. El aire entró a bocanadas de nuevo en sus pulmones, que pedían oxígeno casi enloquecidos. Todo era distinto ahora, una extraña paz había calado en el fondo de su alma. ¿Por qué no intentarlo una vez más? Nadie le había enseñado jamás a rendirse, así que no iba a contemplar esa opción.  



domingo, 27 de febrero de 2011

Si volviera a nacer.

Quizás no pueda dar más de si, quizás sea incapaz de cumplir con vuestras expectativas, porque solo soy una persona mediocre más que tuvo un golpe de suerte y accedió a un puesto las exigencias del cual es incapaz de soportar. Puede que me haya equivocado tratando de ser yo misma, o puede que a nadie le guste lo que soy. Cansada de ser una persona depresiva, cambié, y me abrí al mundo. Cansada de recibir críticas negativas me contraigo de nuevo, bajo las lágrimas de todo lo que dejo atrás y los errores cometidos, y con la esperanza de poder expandirme de nuevo en un futuro. Por todo esto, hoy me voy. Quizás nunca haya merecido nada de lo que tengo. 


"Y entonces fluye a través de mi como la lluvia y no siento otra cosa que gratitud por cada instante de mi estúpida e insignificante vida." 

jueves, 24 de febrero de 2011

Tiempo al tiempo.

Si permaneces quieto
dejas de ser río,
te has vuelto un estanque, 
y la vida
ya no fluye a través de ti.


Las flores
se abrirán en primavera
pero a menos que abras tu ventana
nunca advertirás su fragancia.


Los pájaros
volverán del invierno una y otra vez
pero si no levantas la mirada al cielo
ni siquiera podrás enterarte.


El sol
sin duda saldrá mañana,
pero si dejas cerradas tus puertas
sus rayos jamás iluminarán tu cuarto.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Noches en vela

"A veces, cuando veo como nieva, me encuentro reflejada en las finas facetas cristalinas de cada copo...y me pregunto si seré yo... El arte compone mi vida, así que quizá la melodía de un piano te pueda hablar mejor de mi que yo misma."


En la oscuridad de la noche es tan inmenso el silencio, que puedo dar vida a lo que imagino. A miles de kilómetros, te escucho respirar…

domingo, 6 de febrero de 2011

domingo, 30 de enero de 2011

Si tuviese que contarle hoy mi vida a alguien, podría hacerlo de tal manera que me verían como a una mujer independiente, valiente y feliz. Nada de eso: me está prohibido mencionar la única palabra que es mucho más importante que los once minutos: amor.


Durante toda mi vida he entendido el amor como una especie de esclavitud consentida. Es mentira: la libertad sólo existe cuando él está presente. Aquel que se entrega totalmente, que se siente libre, ama al máximo.

Y el que ama al máximo se siente libre.

Por eso, a pesar de todo lo que pueda vivir, hacer, descubrir, nada tiene sentido. Espero que este tiempo pase deprisa, para poder volver a la búsqueda de mí misma, bajo la forma de un hombre que me entienda, que no me haga sufrir.

¿Pero qué tonterías estoy diciendo? En el amor, nadie puede machacar a nadie; cada uno de nosotros es responsable de lo que siente, y no podemos culpar al otro por eso.

Me sentí herida cuando perdí a los hombres de los que me enamoré. Hoy, estoy convencida de que nadie pierde a nadie, porque nadie posee a nadie.

Ésa es la verdadera experiencia de la libertad: tener lo más importante del mundo, sin poseerlo.


[[Paulo Coelho - Once minutos]]

Mariposa

Tus alas están más débiles de lo normal
¿Por qué trataste de apagar el fuego con ellas?
¿Acaso no te das cuenta, o no quieres ver,
Que tus bonitas alas son de papel?

Mariposa, eres de esas que enloquecen
A quien te mira pasar
Queriéndote atrapar en un frasco
Pero tú levantas vuelo hacia los cielos.

¿Acaso creías que tanta hermosura
No te podría quemar?
Dejaste que el sueño venciese a la realidad
Y la muerte no perdona tu belleza.

Aquel atardecer, destruida por el dolor
Comprendiste que tienes alas
Pero alas de papel…



Recordando todos aquellos años...

martes, 25 de enero de 2011

Cançons...

A veces sueñas demasiado tanto que lo real no importa,

sientes que los días te transportan y te sientes solo,
apagado como esta ciudad maldita,
que te incita a suplicarle a quienes más te quitan.
Mis lagrimas se han secado,
pagué por mis pecados errados en el pasado,
pero mírame, aquí sentado tan endeble y vulnerable,
callado mientras dejo que el diablo me hable.
Me confunde, su voz me aturde y me abandono,
sólo si cierro mis ojos, veo este trono que merezco,
pero no lo tengo, jamás pondré mis alma en venta,
prefiero ser feliz don nadie a ser leyenda muerta.
Camino lento y no tan atento aunque lo intento,
no me mata el odio, ni el lamento,
sólo el tiempo que me arruga como a un papel inservible,
en mares de irreversibles mares nado yo el impasible.
El niño sensible, el chico travieso y malo,
frágil carne y hueso moldeada al palo,
pero vivo para contarlo y relatarlo,
y sé que es tan fácil morir que tiemblo sólo de pensarlo.
¿Pero que más da? Mejor nada que esta odisea,
y si existe un mas allá pues bienvenido sea.
Hoy estoy borroso y el cristal no está empañado,
y es porque alguien se ha olvidado del príncipe destronado,
que usa muñecos rotos y pinta sus sueños rotos,
en un mundo roto, quebrado por la angustia de otros,
es la historia silenciosa que a gritos fue castigada,
hoy miro entre mis manos y ¿qué encuentro? Nada.



Todos tenemos una historia que debe ser contada,
y guardamos un secreto del que nadie sabe nada,
hablamos con la almohada pero no responde,
la verdad esta ahí fuera si, pero se esconde.

Nach - Interludio 3

domingo, 23 de enero de 2011

Bajo la luz de un amanecer

“Probablemente lo que más me sorprendió de ti al conocerte fue tu amor por la soledad, la sensación de que tus labios, entre susurros, me conducirían a un mundo aún desconocido.”

Tal vez el tiempo haya borrado ya el recuerdo exacto del día en que nos encontramos. Tú estabas allí sentado entre la danzante hierba de aquel parque, saboreando la suave brisa del amanecer, ansioso por ver la luz en el horizonte… Quizá lo que me llevó a acercarme a ti fue la curiosidad, eras distinto a los demás, ¿sino que hacía a estas horas un chaval de unos 18 años por aquí? Aunque la verdad, no podía hablar de nada extraño, pues yo tenía 16.

Observé tu rostro iluminado aún por una tenue luz. Piel morena y brillantes ojos marrones. No me dio tiempo de más, me descubriste.
            “- Perdona, no sé si te he molestado – recuerdo que fueron mis primeras palabras-.
- No, no, tranquila, siéntate, me ha hecho gracia verte allí escondida.”

Me lo dijiste con tal sonrisa y tanta naturalidad, que perdí mi timidez y me senté junto a ti, entablando una conversación casi mística. No eras de aquí, se notaba en tu acento, así que ya había encontrado la forma de empezar a conocerte. “Soy de Jaén. Estoy aquí de visita a unos familiares”. Y ya no hubo quien te parase, me introdujiste en tu vida y yo a ti en la mía. Encontré en tu mirada una confianza nunca antes conocida. Me hablaste de tu pasión por las pequeñas cosas, de tu curiosidad ante lo desconocido, eras como un niño. Yo te hablé de sueños, también de defectos y miedos. Me atrapaste, te miraba atenta, eras libre como yo y así lo sentía. Me dabas tu aura, no pasaba el tiempo, allí seguíamos tú y yo, dentro, muy dentro…

Mi corazón se acelera aún cuando vuelvo atrás entre mis recuerdos. Tu mano acarició cariñosamente mi mejilla, nuestras miradas se encontraron un instante eterno, tus pupilas me describieron lentamente tu interior y, bañados por los tímidos rayos dorados del amanecer, tus labios susurraron “te quiero”, se acercaron a mi boca y me besaste. Beso sensual, tierno, fugaz, ardiente… Todo mi cuerpo se estremeció mientras nuestros alientos se fundían.

Supongo que todo surgió tan deprisa porque no teníamos mucho tiempo y, durante 10 días, fuimos dos almas unidas por nuestra propia existencia, buscadoras de una verdad escondida, ansiosas por aprender los secretos de la vida. Pero finalmente tuviste que marcharte. Sentí que perdía una parte de mí, que poco a poco se fue llenando por los lazos que aún nos unían en la distancia. Pasábamos meses sin vernos, pero tu voz y tus versos reflejados en tinta sobre un papel me hacían cada día más fuerte, sabiendo esperanzadamente que pronto volvería a verte.

Crucé muchas veces España para poder estar a tu lado. Viajes interminables en autobús, perdiendo mi mirada entre los paisajes imaginando como sería nuestro reencuentro. Mi mente nunca llegó a predecir con exactitud ese momento, me sorprendías de tantas maneras distintas… Aunque había cosas que nunca cambiaron, tu sonrisa al verme, nuestras lágrimas después de tanto tiempo echándonos de menos… Bajo la luz de la luna aprendimos a amar, el espacio y el tiempo dejaban de existir para que la mente fluyese entre sensaciones que quedaron grabadas con claridad en mi mente. Nos confiamos nuestros mayores secretos y aprendimos a expresarnos en silencio, sin necesidad de palabras. No todo era perfecto, me lo demostraste muchas veces, pero aceptar tus defectos y reírnos de las discusiones absurdas era quizá lo que nos hacía ver que no hay una verdad exacta, en el fondo éramos muy diferentes. Nuestros caminos eran paralelos, no quería seguirte y tener miedo de lo que te había mostrado la experiencia, sino andar junto a ti, cometer errores para encontrarle el verdadero sentido a las cosas, sollozar entre lágrimas hasta sentir que me descomponía y me fundía con el aire, para más tarde hacer brillar una sonrisa y seguir adelante.

Sé que no te gustaba verme llorar pero hoy sigo sin poder evitarlo. Caíste enfermo. Tumor cerebral sin tratamiento ni operación. El tiempo, desgarrante, me robaba lentamente la luz de tus ojos, tus sonrisas, tus labios… Luché contra él, aún así, ocurrió lo inevitable. Noté como se quebraba mi respiración, mi mirada se perdió y lloré. Derramé lágrimas cada noche durante un mes eterno. Quise ocultarme tras mi corazón pero algo me decía que ese no era el camino correcto. Una mañana, regresé al lugar donde tu magia me hechizó por primera vez y reflexioné. Volví a hacerlo cada semana, en soledad para poder pensar mejor, y así he seguido adelante.

Tú me has enseñado que el dolor es algo a lo que no se debe temer y que no es insoportable. Me has mostrado una verdad: “que no sirve de nada intentar cambiar el pasado y tampoco olvidarlo, puesto que siempre seguirá ahí y, por lo tanto, debemos aprender a asimilarlo y a aceptar cada recuerdo como una fragancia más en lo que es la esencia de la vida”. Por todo eso sé que puedo vivir en un mundo tan sólo con tu alma, en cada sorbo de aire respirar la vida, que continúa a pesar de todo y sólo es el preludio de nuestro reencuentro.

“Tus labios, entre susurros, me han mostrado tantas cosas… Así que hoy, probablemente lo que más me sorprende de mí, es mi amor por la soledad.”

Escrito el 20-04-2006



"A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas, y entonces hay que saberse decidir por las más hermosas"