lunes, 30 de julio de 2012


Los primeros rayos de sol la despertaron al amanecer. La ciudad empezaba a cobrar vida y el sonido del tráfico era intenso y molesto. Otra vez iba a dormir poco por culpa de aquel maldito murmullo que se acentuaba por momentos. Sintió como la frustración le empezaba a recorrer lentamente todo el cuerpo. Sabía que aquello le iba a hacer enfadarse nuevamente nada más levantarse, y odiaba esa sensación. 

No esperaba encontrarse con aquellos brazos que la abrazaran y con aquel tierno beso que la hizo olvidar por un instante que su cuerpo yacía en la cama, que formaba parte del mundo real y no podía escapar de él. Al buscar su boca, se encontró con sus ojos negros, que la miraban fijamente, convenciéndola de que valía la pena luchar un día más y salir a la calle a buscar una nueva vida.

De pronto, la luz de la mañana le cegó los ojos y, al abrirlos, todo se había desvanecido. Se acurrucó bajo las sábanas y comenzó a llorar.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Perderse.

Detener los segundos y volver atrás en el tiempo. Fragmentos de imágenes se posan sobre los párpados, sonrisas que han quedado muy lejos y abrazos que quizás ya nunca más se vuelvan a repetir. ¿Qué fue de todo aquello? Hemos vivido unidos durante años, comenzamos la universidad con la sensación de haber encontrado por fin a personas similares a nosotros mismos, gastamos noches enteras compartiendo recuerdos que parecían coincidir de forma inequívoca, y nos fundimos en carcajadas teñidas de cerveza en noches en Barcelona. Y ahora… Se ha perdido la esencia de lo que un día fuimos para automatizar una vida cada vez más carente de sentido, se han abandonado las miradas de comprensión por gestos fríos y calculados, por la resignación a una rutina que jamás hemos deseado, pero que nos negamos a abandonar.

En medio del caos es inevitable pararse a pensar a dónde nos conducirá todo esto. Lo más probable es que nos despidamos con una sonrisa torcida y con la sensación de habernos perdido demasiadas cosas. Todo es tan diferente ahora... Sólo nos queda refugiarnos en el "ojos que no ven, corazón que no siente". 


"Y es que yo ya no sé quién soy".

lunes, 5 de diciembre de 2011

Disappear.

Tras caer, el suelo helado hizo que su piel ardiera. Lo sintió caliente bajo su tez, pues nada había más congelado que su propio cuerpo. Se quedó allí tendida, en mitad de la nada, expirando su último aliento. 

Ya no había nada por lo que luchar. 

sábado, 1 de octubre de 2011

Howl.

El frío le quemaba la piel y las pestañas escarchadas emborronaban un camino que no sabía si aún seguía recorriendo. Hacía horas que deambulaba en busca de un refugio, pero la vida en aquel lugar parecía extinguida, kilómetros de horizonte a su alrededor. Unas huellas casi imperceptibles la guiaban. Sabía que podían ser una mera ilusión, mas la esperanza de encontrarle era más fuerte que la ventisca que la empujaba a retroceder. Miles de pasos andados para acabar abandonándose en aquel lugar desolador. Las piernas temblorosas le imploraban rendición mientras sus manos se aferraban a aquel hielo buscando el impulso para acortar un metro más el reencuentro con la vida.

Un aullido profundo salió de sus pulmones y atravesó su garganta. Sus ojos se abrieron de golpe y sintió una sacudida a través de su columna, su cráneo, sus puños… Hasta que no se envolviera dentro de sus brazos no podría descansar. 


viernes, 2 de septiembre de 2011

Pasión.

La pasión hace que uno deje de comer, de dormir, de trabajar, de estar en paz. Mucha gente se asusta porque, cuando aparece, derrumba todas las cosas viejas que encuentra. 

Nadie quiere desorganizar su mundo. Por eso, mucha gente consigue controlar esta amenaza, y es capaz de mantener en pie una casa o una estructura que ya está podrida. Son los ingenieros de las cosas superadas. 

Otra gente piensa exactamente lo contrario: se entrega sin pensar, esperando encontrar en la pasión las soluciones para todos sus problemas. Descargar sobre la otra persona toda la responsabilidad por su felicidad, y toda la culpa por su posible infelicidad. Está siempre eufórica porque algo maravilloso sucedió, o deprimida porque algo inesperado acabó destruyéndolo todo. 

Apartarse de la pasión, o entregarse ciegamente a ella, ¿cuál de las dos actitudes es la menos destructiva?


[Paulo Coelho - Once minutos]

martes, 30 de agosto de 2011

Atrapada.

Era todavía demasiado pronto, pero su memoria se empeñaba en mostrarle aquella imagen que tanto le había costado captar, y que ahora la iba a perseguir todas las noches. En sueños, pesadillas y cada vez que cerrara los ojos, él iba a estar allí, sonriéndole. ¿Cómo no perder la razón y dejarse llevar? ¿Cómo abandonar el único deseo que había conseguido mantenerla en tierra y animarla a continuar recorriendo el camino? Estaba atrapada. Tampoco quería huir. 

lunes, 29 de agosto de 2011

"Chuang Tzu soñó que era una mariposa
Al despertar ignoraba
Si era Tzu el que había soñado que era una mariposa
O si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu."