domingo, 22 de mayo de 2011

Transición.

La inspiración se esfumó deprisa, junto con todos aquellos sentimientos que murieron nada más nacer. Trató de convencerla de que se quedara, pero era una amante difícil y huyó del vacío que volvía a crecer en su interior. Las transiciones siempre le habían resultado demasiado duras, épocas en que los labios sonreían y el alma los observaba curiosa, preguntándose el origen aparentemente inexistente de ese impulso. Ni amor, ni odio, ni tan siquiera tristeza. Soñaba con ellos y, al despertar, el corazón congelado y un cuerpo en movimiento que le confirmaba que seguía viva.




Que caiga el telón, que se borre el maquillaje, y se dejen ver desnudos los protagonistas de esta función. 

1 comentario: