martes, 30 de agosto de 2011

Atrapada.

Era todavía demasiado pronto, pero su memoria se empeñaba en mostrarle aquella imagen que tanto le había costado captar, y que ahora la iba a perseguir todas las noches. En sueños, pesadillas y cada vez que cerrara los ojos, él iba a estar allí, sonriéndole. ¿Cómo no perder la razón y dejarse llevar? ¿Cómo abandonar el único deseo que había conseguido mantenerla en tierra y animarla a continuar recorriendo el camino? Estaba atrapada. Tampoco quería huir. 

lunes, 29 de agosto de 2011

"Chuang Tzu soñó que era una mariposa
Al despertar ignoraba
Si era Tzu el que había soñado que era una mariposa
O si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu."

miércoles, 24 de agosto de 2011

Sueños.

El calor la arrancó una vez más de aquel sueño tan recurrente durante las últimas noches. Se destapó con fuerza, casi enfadada, y se levantó de la cama para lavarse la cara. El agua podía llevarse las lágrimas, pero no la realidad de que aquello jamás había ocurrido. Estaba confundida, tener sueños tan vívidos la hacía sentirse extranjera en aquel cuerpo que parecía que no fuera el suyo. Se tumbó en el frío suelo con la mirada fija en el techo. La mente en blanco y sólo el sonido de su respiración. Al recuperar la consciencia no sabía exactamente cuánto tiempo había pasado, pero había vuelto a soñar, o quizás su imaginación había encontrado una rendija por la que abrirse paso. Se vistió y bajó a la playa para ver amanecer. La caricia de los primeros rayos de luz en su piel le recordó que seguía viva. Aún había esperanza.


“Tal vez por eso huimos hacia los libros; buscamos encontrar en ellos lo que nos negamos a sentir nosotros mismos.”

lunes, 15 de agosto de 2011

Out of control.

Cerró los pesados párpados y las imágenes del día transcurrido se sucedieron una tras otra. Era un ejercicio que le gustaba practicar, la ayudaba a retener un rato más en la memoria las palabras, los gestos, los pasos andados. Sabía que, invariablemente, cuando abriera los ojos a la mañana siguiente todo sería difuso y dejado de forma permanente en el pasado sin posibilidad de poder recuperarlo. Se había malacostumbrado a torturarse por todos los deseos no pronunciados, y la sensación de estar equivocándose la acompañaba como si formara parte de su propio cuerpo. Maldecía su impaciencia, esa energía que la quemaba por dentro y era la causa de la mayoría de sus errores. La sentía en cada poro de su piel, en cada segundo del reloj, en las paredes de aquella habitación que parecía que iban a arrancarle la juventud y los pocos años de vida de los que disponía. Quería deshacerse de ella a toda costa, vivir no consiste en pensar continuamente en cuál va a ser el siguiente paso y esperar nervioso a que suceda, es algo más, la belleza del caos, de las acciones no predichas, de una mirada fugitiva y un beso robado. Y ahora… todo estaba fuera de control. Su corazón palpitaba de nuevo, expectante al haber descubierto unos ojos que derramaban vida. Toda su atención se centraba en apartar el miedo que la paralizaba. Podemos borrar los recuerdos, pero no la sensación de volver a experimentar algo que durante años ha fracasado. Y el miedo al fracaso era el peor de sus enemigos.

Las heridas no se cierran solas, quedan selladas durante años a la espera de que aparezca alguien que con su paciencia y dedicación termine de sanarlas. Deseaba con toda su alma que fuera él quien lo hiciera. Cicatrizar tantos años de soledad, volver a sentir.

jueves, 11 de agosto de 2011

Off.

"Cogió el mando a distancia de la tele y cambió varias veces de canal, hasta detenerse en un informativo, en el que unos refugiados intentaban escapar de una guerra. 

-¿Lo ves? ¿Conoces esos programas en los que la gente va a discutir sus problemas delante de todo el mundo? ¿Has visto los titulares en el quiosco? El mundo se alegra con el sufrimiento y con el dolor. Sadismo al ver, masoquismo al concluir que no tenemos que saber todo eso para ser felices y, aun así, asistimos a la tragedia ajena, y a veces sufrimos con ella."